Publicado por Welfare en SoloBienestar el martes 29 de julio de 2008
Vaya, vaya, por fin hemos encontrada a alguien que le parece bien la forma de gestionar la Ley de la Dependencia de la Generalitat Valenciana, el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) ha pedido que se ralentice la aplicación de la Ley, textualmente pide que se aplique “un poquito más despacio” exactamente lo que ha venido haciendo el Gobierno valenciano. El dirigente empresarial da más pistas, llega a insinuar que “lo que está está pero que a lo mejor el resto habría que hacerlo de manera que sea económicamente digerible”. Parafraseando a Aznar y su gobierno, parece que, hemos encontrado al inductor intelectual de la política de bienestar de Camps. Es bien sencillo simplemente se trata de retrasar los periodos de tramitación de las prestaciones sociales, incluso con un poco de suerte cuando se concedan ya no será necesarias, con lo cual se alcanza el consiguiente ahorro. La lógica es impecable y desde luego mejor no lo pueden estar haciendo, así que señor Cotino, sin prisa, de esta manera va a recibir los parabienes de unos dirigentes empresariales que "demuestran una enorme sensibilidad social” y evidencian que las políticas sociales no se viven con la misma intensidad por aquellos que pueden acudir al mercado a comprar atenciones que entre los que no tienen más propiedades que los servicios públicos.
Vaya, vaya, por fin hemos encontrada a alguien que le parece bien la forma de gestionar la Ley de la Dependencia de la Generalitat Valenciana, el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) ha pedido que se ralentice la aplicación de la Ley, textualmente pide que se aplique “un poquito más despacio” exactamente lo que ha venido haciendo el Gobierno valenciano. El dirigente empresarial da más pistas, llega a insinuar que “lo que está está pero que a lo mejor el resto habría que hacerlo de manera que sea económicamente digerible”. Parafraseando a Aznar y su gobierno, parece que, hemos encontrado al inductor intelectual de la política de bienestar de Camps. Es bien sencillo simplemente se trata de retrasar los periodos de tramitación de las prestaciones sociales, incluso con un poco de suerte cuando se concedan ya no será necesarias, con lo cual se alcanza el consiguiente ahorro. La lógica es impecable y desde luego mejor no lo pueden estar haciendo, así que señor Cotino, sin prisa, de esta manera va a recibir los parabienes de unos dirigentes empresariales que "demuestran una enorme sensibilidad social” y evidencian que las políticas sociales no se viven con la misma intensidad por aquellos que pueden acudir al mercado a comprar atenciones que entre los que no tienen más propiedades que los servicios públicos.
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